Ideas para motivar a tus estudiantes
Muchos docentes me han manifestado que creen que parte de sus estrés y agotamiento actual se deben al desgaste emocional y a la mayor presión que sienten debido a que sus estudiantes están distintos después del regreso presencial al colegio.
Según sus testimonios, algunos estudiantes están más apáticos, en otros existe un mayor nivel de desmotivación y desinterés por las clases, a otros les cuesta trabajo compartir con sus pares y están irritables, lo que a veces deriva en conflictos.
Frente a esto, podemos esperar a que el tiempo cure las heridas, a que las familias, el colegio o las autoridades hagan algo o bien, podemos ponernos manos a la obra y aprovechar esto como una oportunidad para transformar nuestras clases y lograr incluso mejores resultados que los que teníamos antes de la pandemia.
Para lograr esto, te invito a volver a lo esencial. En particular quiero poner el énfasis en que los niños aprenden a través del juego y del hacer, experimentando con las cosas del mundo que les rodea; por ejemplo, la idea de que el agua moja, que puede estar fría o caliente, que se puede verter de un recipiente a otro, se aprenden mejor a través de vivenciarlas.
En la medida en que los niños avanzan en la escuela, muchas veces se va perdiendo el juego, y las tareas ya no son tan entretenidas, o quizás no las entienden muy bien o simplemente prefieren hacer algo que consideran más divertido.
A veces caemos en el error de querer que nuestros estudiantes nos escuchen mientras les explicamos cómo se hacen las cosas. Sin embargo, ellos van a aprender de mejor manera cuando sean los protagonistas de la acción, cuando las lecciones las aprendan por sí mismos.
Aquí llega un momento crucial, en que tienes que ponerte una mano en el corazón y tratar de mirar -sin miedos y sin juzgar- qué tan motivantes están siendo tus clases. ¿Del 1 al 10 cuán motivada/o estarías tú misma/o si fueras uno de los estudiantes de tu clase?
Este análisis tienes que hacerlo teniendo claro que has puesto mucho esfuerzo en cada clase que has realizado, para que tu ánimo no decaiga. Todo lo contrario, con esto se abre una oportunidad de poder incorporar nuevos elementos a tus clases y transformarla en algo apasionante para tus niños y para ti.
No te preocupes y no le des espacio a esas dudas que puedan venir a tu mente en este momento. Te invito a confiar en tu potencial personal para volver a tener nuevamente clases llenas de vida, atención, sorpresa, alegría y participación.
Algunas ideas que podrían ayudarte a llevar esto a la acción:
1 – Energía de Activación: comienza tu clase de manera energética y alegre. Tal como dice Elsa Punset, las emociones se contagian, así que llevemos entusiasmo como primer ingrediente al aula. Puedes saludarles de una manera amable y preguntarles ¿Cómo están? dos o tres veces, invitándoles de manera persuasiva a que pongan más energía al responder. Puedes apoyarte con las gráficas de «en la escala de los gatitos ¿Cómo te sientes el día de hoy?», en google encuentras muchas imágenes con escalas de gatos, perros, personajes de películas y mucho más. Si vas un paso más allá puedes hacer tus propias creaciones.
2 – Conectar tu clase con algo cercano para tus estudiantes: aquí tenemos que hacer un trabajo de campo preguntándole a nuestros estudiantes qué música, qué videojuegos, qué series y qué juegos les gustan. Si eres profesor de ciencias, algunas canciones de Dua Lipa como Break My Heart (rompiste mi corazón) o Fever (fiebre) podrían servirte como música de entrada, para luego conectar el título o la letra con el contenido de la clase. Si enseñas historia, quizás la historia de cómo ha sido el éxito del grupo coreano BTS o de cómo se ha transformado la música latina en los últimos 10 años, podrían servirte para hacer un paralelo con el periodo de la historia que quieres enseñarles durante la clase. Si enseñas matemáticas, tal vez puedes contarles acerca del rol de las probabilidades en el juego League of Legends (LOL).
3 – Deja que el jugar en equipo haga su magia: a veces nos desgastamos hablando y tratando de hacer que los niños entiendan algo o que nos pongan atención. Sin embargo, existe un camino mucho más efectivo: plantearles un juego o desafío en equipo. El juego más simple puede ser que tienen 10 minutos para investigar con sus teléfonos acerca de la materia que estás viendo y tienen que resolver una pregunta aplicando eso que investiguen. Por ejemplo, los juntas en equipos de 5, les das 2 minutos para que le pongan nombre a su equipo (así estimulas que socialicen y generen confianza), luego les das el desafío. Si enseñas lenguaje, el desafío podría ser «en equipos de 5, primero tienen que investigar en internet cuáles son las diferencias entre una prosa y un verso. Luego tienen que escribir un ejemplo de cada una donde se hable de algún problema que hayan tenido el último año».
Para cerrar, solo quisiera decirte que el único secreto para aplicar estas ideas es la CONFIANZA. Tienes que confiar en que ellos responderán adecuadamente y que serán capaces de trabajar en equipo en pos de una meta. Y más importante aún, confía en que tendrás un gran desplante y tus estudiantes agradecerán esta nueva versión de ti. Puedes practicar frente a tu espejo la noche anterior si quieres, para llegar con más seguridad.
Te invito a llevar esto a la práctica.
Estaré feliz de recibir tus correos solicitando ideas para trabajar cierta temática de tu asignatura o bien contándome cómo te resultó llevar estas metodologías a tu sala de clases.